viernes, 1 de abril de 2011

Nuestros hijos

A veces siento que la condición de adoptado/apropiado es hereditaria. Lo siento cada vez que me quedo sin respuestas cuando llevo a mis hijos al médico y sólo puedo darle la mitad de los datos de su herencia genética. Pero más lo siento cuando tengo conversaciones como éstas, casi siempre con mi hijo menor, que es el que más pregunta (tiene casi 8 años):
-Mami, ¿vos sos adoptada?
-Sí, mi amor, yo te conté ya varias veces.
-¿Entonces yo también soy adoptado?
-No. ¿Te acordás las fotos que te muestro siempre de cuando estabas en mi panza, de cuando naciste?
-Sí. ¡Qué suerte que yo no soy adoptado! -De golpe, se calla y me mira con compasión. -Bueno, bah, no, a mí me encataría ser adoptado, haber nacido de un huevo caído del espacio...y que me adoptes vos, claro.
-Ah...de un huevo. Pero yo no nací de un huevo caído del espacio.
-Ya lo sé, mami. Son cosas que yo digo por decir...porque no sé qué decirte. Yo sé que no naciste de un huevo, naciste de una mamá que se fue.
-Claro.
-¿Vos también te vas a ir?
-¡No! Claro que no. Nunca tengas miedo de eso. Yo no te voy a dejar nunca, nunca.
-Y pero si tu mamá te dejó, vos te debés parecer a ella, y a lo mejor también un día me dejás.
-No, no. Quedate tranquilo.
-Yo no sabía que las mamás podían irse y no volver más...¿Por qué se fue? ¿Te portabas mal?
-No, era recién nacida, no podía portarme mal.
-A lo mejor eras muy fea.
-No, corazón, una mamá no deja a un hijo porque sea feo. Además, por feo que sea un bebé, la mamá siempre lo ve lindo. Seguramente, no pudo quedarse conmigo porque era muy pobre, o muy chica y no estaba lista para ser mamá, o estaba sola, o enferma...
-Al final, no sabés nada.Y esa mamá es mía también.
-Tu abuela, sí.
-No, yo ya tengo abuelas.
-Claro que sí. Tus abuelas son tus abuelas, pero también está esta otra abuela.
-Qué lío. Era mejor si habías nacido de un huevo del espacio...
Y la verdad es que, al contarle todo eso, o mejor dicho al no tener qué contarle, siento que le estoy transmitiendo la misma incertidumbre que tanto me pesa. Es también parte de su historia la que falta. En cierta manera, me siento como se sentirán las mamás adoptivas al tener que explicarles a sus hijos, pero la diferencia es que a mí me toca muy profundo porque siento que lo que me hiere a mí hiere a mis hijos, soy sujeto y objeto de ese dolor, de esa incertidumbre.
Y ni hablar de este otro diálogo:
Mi hijo canturreabea: "Mami es adoptada, y está muerta." Yo me quedé helada, porque era fuera de contexto, pero traté de no dejar traslucir demasiado mi estupor para no inhibirlo, para que no sienta que "de eso no se habla con mami". Le pregunté por qué "muerta". Y me dijo:
-Porque muchos bebés se mueren cuando los adoptan.
-No, justamente, si los adoptan, no se mueren, porque tienen una nueva mamá que los cuida.
-Sí que se mueren. Si vos queres adoptar un perrito o un gatito, no te lo dan de recién nacido. Hay que esperar a que deje de tomar la teta. Si no, se puede morir, o le hace mal.
-Ah, pero con las personas, es diferente. Porque nos dan la mamadera con leche de fórmula, que es como la de una mamá.
-Sí, pero igual los bebés no saben que son personas, que son distintos de los demás mamíferos. Son bebés igual. Y necesitan a su mamá. Yo estoy contento de que no estés muerta, pero igual sé que te hizo mal que te saquen enseguida de al lado de tu mamá de la panza. Tendrían que haber esperado a que fueras un poquito más grande antes de que te adoptara tu mamá, mi abuela.
-Con las personas, es distinto.
-Bueno, vos pensás eso. Yo digo que te hizo mal.
¿Me hizo mal? ¿Realmente somos tan distintos de los demás mamíferos en esa etapa de la vida? ¿O tendrá razón mi hijito?
Para pensarlo.

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